Hace mucho, vivía Aladino, un joven humilde y de buen corazón que ayudaba a su pobre Madre viuda en el hogar. Ellos vivían en Arabia y trabajaban arduamente para llevar un pan a su hogar, y cuando estaban en Casa, le decía a su Madre que le hable de su Padre ya que le encantaba recordarlo.
"Tu Padre se llamaba Mustafa." - Dijo la Madre de Aladino - "Era un buen hombre trabajador y honesto, pero guardaba celosamente un misterioso secreto."
Aladino, se quedaba pensativo pero siempre maravillado por las aventuras de su Padre cuando estaba vivo.
Una día, cuando Aladino fue al mercado a hacer las compras, un misterioso hombre se acercó y le dijo:
"Hola muchacho. ¿Sabes?, yo conocí a tu gran Padre."
"¿De veras?" - Dijo Aladino - "¿Cómo conoció a mi Padre?"
"Mustafa era mi Primo querido chico." - Respondió el misterioso hombre - "Lo que te hace mi sobrino. Llévame a tu hogar que tengo regalos para tu madre."
Dicho esto, Aladino llevó al hombre a su hogar.
Cuando llegaron a su casa y tras presentarse el hombre a la madre de Aladino, esta se extraño un poco ya que según recordaba, Mustafa no le había mencionado sobre este pariente, pero al mostrarse muy generoso con Aladino, permitió que salieran juntos a dar un paseo por el bosque.
Cuando caminaron por donde indicó el "Tío" de Aladino, llegaron a una misteriosa cueva que tenia una extraña entrada. Luego, el hombre le dijo:
"Entra ahí querido sobrino. En esa cueva encontrarás una Lámpara maravillosa que nos hará muy ricos."
Aladino se negó, pero el hombre aprovecho su descuido y lo forzó a entrar, luego, tapó la entrada con una enorme roca.
Cuando Aladino ya no pudo hacer nada, volteó y observó que había muchos fabulosos tesoros. Cofres llenos de oro, joyas de oros, diamantes preciosos, telas de las mejor calidad y muchos mas. Cuando siguió su camino, encontró la Lámpara Maravillosa que decía el Hombre. Al verla insípida y sencilla, la subestimo y se dijo:
"¿Por este cacharro viejo y empolvado me encerraron aquí?. ¿De verdad será una lampara maravillosa?"
Y cuando estaba limpiando la Lámpara para sacarle un poco de brillo, esta empezó a brillar y tras un gran estruendo, apareció un ser misterioso que con su poderosa voz le dijo:
"Gracias por liberarme mi Amo. Soy el Genio de la Lampara Maravillosa, y estoy a vuestro servicio. Pídame lo que desee, y lo cumpliré."
Aladino, no podía creer lo que veía sus ojos, y como le faltaba aire a la cueva, le pidió al Genio que lo lleve donde está su Madre. El Genio dijo:
"Como desee, Amo." - Y tras un agitar de su mano, fueron de inmediato llevados a su Hogar.
Cuando Aladino encontró a su Madre, le contó todo lo sucedido, luego, ella le dijo:
"Oh hijo mio, te quiero vivo antes que todo el Oro del Mundo."
Sobre el supuesto tío, este huyo al áfrica, aunque pronto volvería.
Aladino regresó a la cueva y repartió todo el oro entre los mas pobres, luego pido al genio que le concediese el amor de la hija del sultán del cual estaba muy enamorado. Cuando ella por fin lo vio, ambos se enamoraron muchos. Eran los más felices de la tierra.
Mucho tiempo después, el supuesto tío (que en verdad, era en verdad un antiguo enemigo de Mustafa) volvió para robar la Lampara Maravillosa, el Genio, cansado de los abusos de este malhechor, advirtió a Aladino. Cuando el ladrón entró a la casa de Aladino en busca de la Lampara, los guardias que lo buscaban desde hace mucho tiempo lo atraparon y lo llevaron a la cárcel.
Aladino y su bella esposa fueron muy felices, al igual que su Madre. Por otro lado, el Genio, regalo a la feliz pareja una Alfombra Mágica para que recorran el mundo juntos.