Hace mucho tiempo, dos hermanas de nombre Alicia y Ana, fueron de día de campo. Cuando llegaron, se pusieron a leer juntas un libro que les gustaba mucho. Al poco rato, Ana regresó primera a casa, y Alicia, dormía junto al viejo árbol del bosque. Cuando ella despertó, vio algo increíble; un Conejo blanco con traje elegante y capa que a la vez, veía preocupado su Reloj y que se decía:
"¡Oh, que tarde es! ¡a correr, a correr!."
Y luego, se echó a correr para luego entrar por un hueco de un árbol.
Alicia muy sorprendida, siguió al Conejo blanco lo más rápido que pudo por aquel hueco del árbol, luego, se encontró con otra gran sorpresa, llegó a un lugar donde las casas eran muy pequeñitas y ella, era tan enorme que apenas podía entrar en alguna de aquellas. Tras entrar a una de aquellas casitas para encontrar al Conejo blanco, no lo encontró, y al intentar salir, ya no pudo. Muy incomoda y triste, Alicia se puso a llorar, tanto, que inundo toda la habitación donde estaba, y tras un rato de tanto llorar, Alicia se encogió poco a poco hasta ser muy pequeñita que casi se ahoga con su propias lagrimas, afortunadamente el Conejo Blanco apareció en un pequeño botecito y la rescató.
Alicia agradeció al Conejo blanco, pero a la vez le hizo muchas preguntas, él sólo respondía con bromas y disparates. Cuando llegaron a una esquina del rio, el Conejo le dijo:
"Ya llegamos mi buena amiga. Estamos por entrar al País de las Maravillas. Un lugar único, maravilloso y fantástico. Estoy seguro que te encantará. Eso si, si te topas con la Reina de Corazones, ten mucho cuidado, sobre todo por especial carácter."
Y así, entraron Alicia y el Conejo.
Cuando desembarcaron, ella vio a muchos personajes increíbles de fabulas y cuentos maravillosos. Luego, conoció a unos personajes únicos y muy locos: El Capitán Dodo y su curiosa tripulación de marineros, a los gemelos Tweedle Dee y Tweedle Dum quienes contaban cuentos muy bonitos, al señor Águila y a Don Loro quienes hacían reír a Alicia con sus singulares disparates, al Sombrerero Loco, su amigo el Conejo y al Lirón dormilón quienes celebraban su "No cumpleaños" con una gran fiesta del Té, de pronto, apareció una gran y bella carroza protegida por muchas Cartas reales. Los amigos de Alicia se separaron y se arrodillaron, pero ella no. Dentro del carruaje, una voz mandó a detener a todos, y cuando salió era la Reina de Corazones quien muy indignada y ofendida por no recibir alabanzas de Alicia, ordenó que la arresten. Alicia muy confundida y asustada, se sintió desfallecer al ser arrestada.
Las cartas reales, llevaron a la cárcel a Alicia, y una vez ahí le dijeron:
"Pequeña Niña. Si deseas salvarte, juega un partido de Croquet con nuestra serenísima y bellísima Reina. Si le ganas, te salvarás, si pierdes, te cortaremos la cabeza. ¿Fácil verdad?"
Alicia sin tener otra mejor opción, acepto.
Al día siguiente, Alicia estaba frente a la Reina listas para iniciar el juego. El público animaba a todo pulmón a su Reina y a Alicia, nadie lo hacia. Cuando empezó el juego, Alicia iba ganando, pero luego, ella observó que la Reina empezó a ganar gracias a las muchas trampas que hacia, así que se quejó con el jurado. Cuando la Reina se dio cuenta de lo que iba a hacer, dijo:
"¡ATRAPENLA!, esa niña insolente ha ofendido a vuestra Reina diciendo ser tramposa. ¡Por su grave ofensa! ¡córtenle la cabeza!"
Las Cartas reales sin escuchar pretexto alguno persiguieron a Alicia que huía rápidamente. Ella corría y corría por todos los lugares donde estuvieron sus amigos esquivando a sus perseguidores, y cuando ya estaba a punto de ser atrapada por las Cartas Reales y la malvada Reina, despertó en su casa.
Todas las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas fueron un sueño, y al lado de ella estaba su Madre quien la oyó gritar. Alicia se disculpó con su Madre y luego le contó sus aventuras y lo fantástico que fueron sus amigos. Ella jamás olvidó los buenos momentos que paso y vivió, en el País de las Maravillas.