Hace mucho tiempo, vivía una bella Princesa que era muy soñadora, creía en la magia y siempre se llenaba la cabeza de aquellas cosas y paraba en las nubes. Un día, mientras paseaba por el bosque, llegó a un bello estanque, y al asomarse sobre este, escucho una voz, al observar bien de donde venia, vio que provenía de un Sapo que se acercaba rápidamente a ella. Ella con mucho miedo dijo:
"¡No, no!, ¡no te me acerques feo Sapo!"
"Espere por favor bella señorita." - Dijo el Sapo - "No le haré nada malo, solo soy un Sapo inofensivo."
"¿El Sapo habla?, ¿qué deseas de mi señor Sapo?" - Dijo la Princesa aun temerosa.
"Le pido me disculpe el atrevimiento." - respondió el Sapo - "Pero si usted fuera tan amable de darme un beso suyo, yo volvería a ser humano."
La Princesa se hizo atrás y dijo:
"¡¿Yo besar a un Sapo?!, ¡No, que asco!, ¡no puedo hacer eso!"
"¿Por qué dice eso señorita?." - Dijo el Sapo - "Yo en realidad soy un Príncipe."
"No, no le creo." - Respondió la Princesa - "¿Cómo un Sapo como usted podría ser un Príncipe?"
"La verdad, yo fui embrujado cruelmente y convertido en un Sapo." - dijo el Sapo - "¿Usted no cree en la magia?"
"Sí creo en la magia." - Respondió la Princesa.
"Entonces, por favor, béseme." - Dijo el Sapo.
Creyendo en su ideal, la Princesa lo hizo, y besó al Sapo. A los pocos segundos, algo increíble sucedió. El feo Sapo, se convirtió en un apuesto Príncipe tal como él lo dijo. Cuando la Princesa y él Príncipe encantado se vieron, sintieron amor a primera vista. Al poco tiempo, se casaron y con el tiempo, vivieron muy felices para siempre.
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