Erase una vez, una Señora Pata estaba empollando sus huevos y sus amigas, esperaban a su lado ansiosas el ver nacer a sus bebes. Un día, los huevos comenzaron a abrirse poco a poco, y de ellos salían hermosos patitos gritando de alegría a ver a su Mamá. Todo fue dicha para la madre así como también para sus amigas, pero al ver nuevamente el nido, notaron que uno de los huevos aún no se había abierto. Esperando y esperando, todavía no había ningún signo de movimiento de este huevo, pero, mucho mas tarde, el huevo empezó a moverse, y a romperse. De él, salió un Patito sonriente, grande, flaco y distinto, que lo denominaron como un Patito feo. La señora Pata, avergonzada por su patito feo, lo apartó e ignoró, para dar toda su atención a sus bellos patitos. El Patito feo muy triste, se dio cuenta que no lo querían y mantuvo su distancia.
Conforme pasaban los días, el aspecto del patito feo empeoraba. Crecía más rápido, se ponía muy flaco y para peor, era torpe al andar. Sus hermanos le jugaban bromas pesadas y le decían a cada rato feo y torpe. El Patito muy triste e incomodo, decidió irse de su hogar en busca de amigos que lo quieran a pesar de su aspecto. Al día siguiente al amanecer, el Patito Feo emprendió su ida, huyó por un agujero del cercado de su granja.
Caminando por un largo rato, llegó a otra granja , donde una anciana lo vio y recogió. El Patito, creyendo que ella lo cuidaría se dejo tomar. Sin embargo, la anciana lo llevó a su cocina donde planeaba sacrificarlo para comérselo. El Patito, viendo sus verdaderas intenciones, huyo como pudo de aquel lugar.
Al llegar el Invierno, el Patito continuaba caminando por el bosque en busca de comida, pero no encontraba la necesaria y casi se muere de hambre, sin olvidar, que los cazadores estaban al acecho de presas, y en más de una ocasión, casi capturan al Patito. Mucho tiempo después, cuando llegó la Primavera, el Patito llegó a un bonito estanque donde habían muchas aves bellas y elegantes que jamas había visto. El Patito se acercó a ellas y les preguntó tímidamente si podía bañarse. Las aves, que eran en si Cisnes le respondieron:
"Claro amigo, eres bienvenido."
El Patito respondió:
"Gracias, pero por favor no se burlen de mi. Ya sé que soy feo y flaco."
"¿Burlar?" - Dijo uno de los Cisnes. - "¿Cómo podríamos burlarnos si eres muy hermoso y bello. Mira tu reflejo en el estanque amigo."
El Patito, se agacho, y tras ver su reflejo se quedó muy sorprendido y maravillado.
"Ese... ¡¿ese soy yo?!" - Se dijo el Patito - "Soy bello y muy elegante."
El Patito, que pasó refugiado durante el largo invierno, dejo de ser un Patito Feo y flaco, y se convirtió en un hermoso Cisne blanco y muy elegante. Muy contento con su nuevo aspecto, aleteo fuertemente y se unió a los demás Cisnes, donde vivió feliz para siempre.